Con más de 30 años en la industria vive en una constante reinvención. Se cansó de seguir el librito y se volvió un as en vender buenas ideas, a través de un estilo en donde la publicidad dejó de ser rígida.
Llegué a este país a los 12 años como parte del equipaje de mis padres, a esa edad nadie te pregunta “vas o no vas”. En mis planes estaba ser arquitecto pero la fotografía me atraía y era un hobby que practicaba en el Centro Audiovisual Salesiano. Al estudio de Altamira le donan una moviola y Franco Rubartelli se acerca, allí nos conocimos, me ofreció trabajo y como la universidad estaba en paro empecé como aprendiz por un lapso que sería breve y no fue así. Al poco tiempo, se lo reconozco y agradeceré siempre, me tuvo confianza.
Sin embargo tenía la ilusión de hacer largometrajes, un sueño que a los 18 años tiene sentido porque nada lógico te dice que tú puedes hacerlo pero sí la energía, la inconsciencia y la pasión de esa edad. Con Franco trabajaba Dominique Cassuto, guionista y editora de Simplicio, quién también quería filmar una película basada en un hecho real, ambos decidimos unir nuestra loquera juvenil.
Compramos un Jeep que costó 20 mil bolívares y nos fuimos a recorrer el país por las Casas Muertas de Miguel Otero Silva. Llegamos a un pueblo en Guárico, hoy en día ya no existe: San Francisco de los Tiznados, un lugar en ruinas y deprimente que estaba sentenciado a muerte por la construcción de una represa. Nos cautivó y nos quedamos 3 años y medio, desarrollamos el guión y rodamos la película.
Tiznao se estrenó exactamente con E.T. el extraterrestre (1982) que abarrotaba las salas. Hubo quien la vio, le gustó y la aplaudió, entre ellos un alemán representante del Festival de Berlín donde participamos y ganamos el Premio Cine Joven, después vinieron otros laureles. No obstante, nos trajo la quiebra del siglo, debíamos por todos lados y esperábamos el nacimiento del primer hijo.
REINVENTARSE
Bajo Tiznado Films retomamos la publicidad. Con 35mm Producciones hicimos el primer comercial independiente, Franco en ese momento seguía molesto con nosotros. Estaba claro que con productores reconocidos quién le iba a dar trabajo a alguien despeinado con aspecto muy juvenil, pero un señor que ya no existe y que Dios tenga en su gloria, Johnny Fischback, fundador de Concept, se arriesgó y nos dio la campaña de Arruchaditos Mami ¡Bingo! Luego nos encomendó varios proyectos y una vez que la gente ve que funcionas como que dejan de ser tan cobardes y se arriesgan.
Sin sonar arrogante, sería mentira que dijera no nos fue bien, incluso hubo gente que nos tildó de estrellitas. En promedio hicimos de 10 a 12 spots al mes durante años.
De repente me fastidié porque sentí que era repetitivo, era una época donde las piezas solían llamar más la atención por valores de producción que por creación. Cerré y viaje a Europa. Comprendí que sí me gustaba la publicidad pero que había partes de ella que me cansaban. Llamé a Dominique, quién estaba en Caracas y le dije “Voy a regresar, montaremos una agencia -G35- pero no de las clásicas”.
Captamos esos clientes “microscópicos” porque sabía que nadie me daría más trabajo. Arranqué con Romano y luego Carlos Sultán tuvo la osadía de entregarnos el manejo de Graffiti. Después vendría Banesco por la que no hubo ni siquiera un comercial rechazado durante 14 años pero una situación hace poco nos hizo mandar una carta renunciando a la cuenta. Todo el mundo nos dijo que sí éramos suicidas, probablemente, pero hoy en día estoy totalmente tranquilo de haber tomado la decisión.
VISOR TRANSPARENTE
Nunca he tratado de engañar a un cliente. Los que han pasado por aquí y los que están saben que somos honestos y sinceros. Cuando estoy de acuerdo lo digo, si no me parece lo converso y hasta lo peleo.
Como productor me encanta generar y producir comerciales pero la parte de facturar y cobrar se me volvía una pesadilla muchas veces. Con la agencia superamos un problema muy grande de la productora porque me contrataba, me pagaba ‘muy puntual’ y no me criticaba demasiado. De G35 me gusta lo estratégico, tal cual un tablero de ajedrez. El inventar cómo voy a hacer equis jugada para lograr entrar en el juego e incluso ganar la partida.
¿Que cómo observo el mercado? Ha disminuido mucho la calidad porque no hay grandes presupuestos. Antes filmabas en 10 días, ahora en uno. Vivimos una circunstancia que por motivos ‘conocidos’ estamos estrangulados bajo distintos puntos de vista. Es un período muy difícil en la publicidad, puedes tener ideas pero también interrogantes como: ¿Qué podrá interpretar tal persona? ¿Qué pensará tal ministerio? Llega un momento en que grito ¡estamos cercados! No dudo que los creativos generan excelentes ideas lo que pasa es que hay otros elementos que las apedrean antes de salir y lo que se muestra probablemente sea la mitad de lo que hubiesen deseado.
Mi manera de nutrirme desde que existo y tengo uso de razón es viviendo. Puede sonar bonito y filosófico. No tengo poses, ni soy el gran productor que sabe más que los mortales. Tampoco el director creativo que como publicista sé más que los consumidores, soy uno más de todos los humanos que camina por las calles, que se monta en el metro o que habla con personas dentro de un ascensor.
Desde que fundé la productora o la agencia, siempre fuimos un grupo de amigos, nadie aquí tiene un policía al lado que le dice a qué hora debe entrar o salir. Todos saben y entienden que poseemos una responsabilidad que debemos cumplir.
Soy bueno en el trato con la gente, en sacar lo mejor de cada uno en pro, en este caso, de hacer un comercial o de generar una idea. Creo que hago mal quizás al rechazar clientes, eso no está bien. Sin embargo, mis valores, mi forma de pensar, mi convicción democrática no la voy a cambiar para que me otorguen una jugosa cuenta, yo ahí del 1 al 20 saco cero.
Tengo dos hijos, ya mayores. Ninguno siguió mis pasos pero respetan el trabajo de su padre. Como dije al comienzo me encanta la arquitectura, es una de mis pasiones, de hecho estoy vinculado a numerosos proyectos de construcción o remodelación. Aparte el mar. Soy scuba y en lo que puedo me escapo. Siempre el contacto con la naturaleza alivia mucho y te hace entender las verdaderas cosas importantes de la vida.